martes, 16 de marzo de 2010

La Cultura Verde
















Recuerdo yo que una vez, hace ya como seis o siete años, estaba viendo la televisión tranquilamente cuando, de repente, vi en las noticias a una serie de personas envueltas en plásticos y en posición fetal. Alarmado, fui a preguntar a mi tía qué era eso, a lo que me respondió: “tranquilo Carlos, solo son vegetarianos”.

Y hablo de éstas personas porque, últimamente están bastante ocupados. A su ardua tarea propagandística del vegetarianismo se le ha unido la lucha contra la tauromaquia. Así que, cuando no están haciendo carteles con cerditos de caras tristes o metiéndose en bolsas ensangrentadas de plástico, se desnudan, se ponen dos cuernos y se van a las Ventas a proclamar, según ellos, “la libertad de esas personitas incomprendidas”. Admirable.


La verdad, es que cada vez comprendo menos a este grupo de personas. No me importa que se crean más “puros” o “bondadosos”, ni que traten al resto de la humanidad omnívora como monstruos sin corazón, ni que intenten de esas maneras tan grotescas llamar la atención, pero no pueden pretender sostener una ideología alimentaria que hace aguas por los cuatro costados. Y a mí me hace gracia cuando por la televisión sale un hombre que dice “es que comer carne es malo”. ¡Aleluya, 200.000 años desde la aparición del Homo Sapiens comiendo carne para que ahora venga éste hombre y nos alumbre con la revelación de que, mire usted, es que la carne es tóxica! Tócate los pies.


Además, y desde mi punto de vista, resulta un tanto ridículo y deprimente los intentos de estas personas de sacar agua de las piedras, es decir, de buscar teorías o verdades científicas que apoyen su modo de pensar. Estos inútiles intentos podemos verlos, por ejemplo, en Youtube: con que pongamos en el buscador “vegetarianos” nos aparecerán decenas de videos con teorías disparatadas, como afirmar que el ser humano ES vegetariano porque no tiene garras o no puede ver en la oscuridad. Otros videos muy normales son los de perritos, gatitos, y otros animalillos lindos en general que intentan tocar la fibra sensible del espectador. Eso si, ¿Quién defiende la libertad de las serpientes? ¿Y de los lagartos? Claro, como son feos y mortales no interesa, ¿verdad? Esos que se mueran, que nadie los quiere.


Y todo eso es una simple cortina de humo para ocultar la verdadera razón del vegetarianismo: la debilidad. Los vegetarianos son débiles, buscan la eliminación del dolor animal, cuando en la naturaleza se están matando entre ellos. Se meten en su utópico mundo, en el que no hay sufrimiento y todas las criaturas viven en paz y armonía, cuando en la realidad el más fuerte come al más débil, y al ser el ser humano el más fuerte del planeta, come a todos.


Lo que estarán de acuerdo los vegetarianos y los omnívoros es que esta discusión no tendrá fin. Los vegetarianos comerán verdura por mucho que les digan los otros lo contrario y viceversa. Quizás, cuando llegue el armagedón y todo modo de producción intensiva de vegetales haya desaparecido, quizás entonces verán la cruda realidad y se pasarán al lado omnívoro… o no.








2 comentarios:

  1. Carlos me encanta tu forma de exponer este conflicto, reconozco que pienso de la misma forma que tú. Debo reconocer que al igual que tú, yo también soy una amante de la carne, y no por el hecho de disfrutar de una comida, debo llamarme Carnívora, porque a pesar de todo... lo llevamos haciendo desde el principio de los tiempos y seguramente lo sigamos haciendo... Sin embargo, hoy en día no solo "matamos" a un animal por su carne sino también se aprovecha hasta la última parte de su cuerpo. Por lo que considero que no matamos por matar sino por alimentarnos, tan solo para sobrevivir al igual que todos.

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  2. Estoy de acuerdo con vosotras ya que en este mundo debemos tener presente que queramos o no somos animales.. Una verda innegable, por ello, me parecería una locura que tras tantos años comiendo carne, tengamos que cambiar una costumbre milenaria.

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